De niños estamos ansiosos por cumplir años para ser mayores. Los jóvenes son los que mejor celebran cumplir años. Están ocupados en vivir y el cumpleaños es un motivo para celebrar una fiesta. Además son jóvenes. Eso que se tiene que ser en nuestra sociedad, a ser posible, para siempre. Con razón (la de la sinrazón de nuestra cultura), rápidamente nos sobran los años. Sobre todo las mujeres, empezamos a no decir la edad, quitarnos años, dejamos de celebrarlos, que no se entere nadie... Los negamos, de todas las maneras posibles. ¡Si lo mejor es cumplirlos y celebrarlo! Porque ¿cual es la alternativa? Solo conozco una manera de no sumar años (uno cada año) y es no estar "para contarlo".
No existe, excepto en la imaginería absurda de nuestra cultura, la posibilidad de instalarse en una edad ideal, joven por supuesto. No, no lo voy a negar, hace 30 años tenía mejor tipo y mejor memoria. Por poner solo dos ejemplos light. Pero, resulta que no me enteraba de ello. Ser eternamente joven, además de imposible, ¿es tan rotundamente bueno?
A mi me parece deseable el bien-vivir, con cariño, humor e inteligencia, a todas las edades. No es fácil. Nadie dijo nunca que vivir fuera fácil. Pero ya que hasta que no se demuestre lo contrario vivimos una sola vez intentemos hacerlo lo mejor posible.
No, no voy a citar la frase de John Lennon que ya todo el mundo conoce.
Pero si, decir, que pienso que el día en el que uno cumple años es también un día para la reflexión, para hacer balance. ¿Como he llegado hasta aquí así? En mi caso con la ayuda de mucha, mucha, mucha gente. Personas amables.
Cada vida tiene algo singular (creo que es bueno que lo conozcamos, a partir de cierta edad). La mía ciertamente, encontrarme con personas excepcionales, desde la más temprana infancia. A todos ellos, aunque no me recuerden, no entiendan el castellano, piensen que no hicieron tanto, ya no estén aquí, y por supuesto a los que si saben y están: mi más profundo agradecimiento.
Y si es momento de hacer balance, de todos los años que he vivido, ¡que no me quiten ni un instante! Ni el más bello ni el peor. Soy la que soy, gracias a todo lo que he vivido (genética aparte, por supuesto). Y me siento especialmente afortunada de poder decir que creo haber aprendido algo, de todo lo que me ha tocado en el reparto, incomprensible para los humanos, ¿del azar?
Las mujeres sabemos más de la vida, de la vida-vida, porque parimos. No todas parimos pero hay en nosotras un saber primitivo acerca de ello. Una criatura se hace con mucho, mediano, poco placer o sin el, está unos nueve meses dentro tuyo causando alegrías y molestias, generando ilusiones y temores, y pares (por naturaleza) con un dolor (difícil lo de las escalas del dolor pero éste puntúa alto) del que luego apenas te acuerdas porque lo que sientes cuando te ponen la criatura encima tuyo borra y supera la impronta que deja el dolor en la memoria. Maravillas del cerebro. (Y no voy a hablar de la maternidad porque me pongo muy cursi. M y C ya saben todo lo que tienen que saber.)
Dar vida es saber de que va la vida. (No recordamos como es nacer, quizás sea parecido). Todo el registro de emociones, sensaciones. - Pensar, reflexionar, recordar, ... es patrimonio de los años. Así pues, ...
Celebremos cumplir años.
Valorar y celebrar todos los años cumplidos (en mi caso 54, lo digo públicamente) no deja de ser una forma de respeto hacia la vida, la experiencia vivida, la sabiduría.
Quien tiene un por qué para vivir, encontrará siempre el cómo.
(Nietzsche)