16/2/09

¿ La libertad del ser humano!!


Nada nuevo voy a decir. Nacemos determinados por nuestro material genético, hoy por hoy difícilmente manipulable. La influencia ambiental, es también indiscutible. Sucede, pero, que en los años en que el entorno deja su marca, la infancia, apenas tenemos opción de escoger. Ni a los padres, ni a los hermanos, ni la escuela, ni el barrio, ... A eso se le añaden los avateres de la vida que el azar nos depara y que dejan huella. Así se forma el carácter, la personalidad (definiciones, según escuelas y modas) sin que nosotro/as podamos quitar o poner casi nada. Casi.

¿Escogemos nuestro carácter? No. Más bien somos esclavos de él. ¿Podemos decidir convivir lo mejor posible con nosotros mismo e ir afinando lo afinable? Si. Ese es nuestro pequeño grado de libertad. 

Minúsculas pequeñas decisiones a lo largo de todos los días de todos los años que van conformando algo así como una actitud frente a nosotr0/as y la vida, el mundo. 

Pequeños momentos de pereza que se pueden superar, o no. Un gesto que podemos o no, reprimir. Mirar hacia otro lado cuando alguién se cae en la calle, o no.

Es todo lo que tenemos. Nos puede parecer poco. Sobre todo lo negamos, para bien y/o para mal. De hecho la mayoría vivimos en la ilusión del poderío del ser humano, los resultados saltan a la vista vista. Otros, esconden su falta de responsabilidad y pereza en el determinismo. Los resultados de esta actitud también saltan a la vista.

Ser conscientes del pequeño grado de libertad del que disponemos nos llevará a una actitud humilde y responsable para con nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Y cada acto, por pequeño que sea deja una impronta y esa permanece a lo largo de los tiempos. Esta es nuestra inmortalidad.

Es imprevisible lo que puede derivar de un pequeño gesto. Podemos decidir intentar vivir de una forma, consciente, cuidadosa y, no podía faltar aquí, amable. La sensación de desazón que nos embarga a menudo, la percepción de impotencia, ... son susceptibles de alivio si vemos esa pequeña oportunidad que está a nuestro abasto.




La valentía de asumir nuestra pequeña libertad da sentido a la vida. No sabemos porqué estamos aquí. Pero ya que estamos, seamos inteligentes y aprovechemos al máximo, lo que esté en cada momento a nuestro alcance. 

Podemos decidir seguir estar sentados en el sofá pensando circularmente y alimentar la rabia hacia, por ejemplo, nuestro jefe o levantarnos y poner música (yo por supuesto propongo Bach) y disfrutar con ella. La cosa cambia. Podemos decidir andar por la calle de una forma atenta, curiosa y pendiente de aquellos con los que nos cruzamos o ir mirando el asfalto medio enfunfurruñados, razones para ello siempre nos sobran. También cambia. Podemos ...

Podemos repasar nuestra vida, con honestidad, y preguntarnos con amabilidad hacia nosotros mismos, como hemos aprovechado nuestra pequeña libertad y sacar conclusiones de ello, en base a las consecuencias que han derivado de aquella y aquella otra actitud. Y como han influido en nosotros las actitudes, conductas, ... ajenas. Y el peso que ha tenido  lo pequeño, lo cotidiano cuando alguna vez la vida nos ha presentado una disyuntiva mayor. 

Quizás lleguemos a la conclusión que el casi nada puede ser mucho o en todo caso no despreciable. Quizás lleguemos a la conclusión de que vale la pena aprovecharla, nuestra pequeña libertad, de un modo inteligente, de un modo amable.



 

1 comentario:

miquel dijo...

Ei!!! que xulo el blog, m'agrada molt!!!
I després dius que no ets tecnològica!
mil petons

miki