17/2/09

Manual de estilo


Todos y todas vamos elaborando a lo largo de la vida un manual de estilo para afrontar los avatares de la vida. Podemos ser mas o menos consciente de ello, pero tenerlo, lo tenemos.

Como cualquier manual conviene revisarlo de vez en cuando, porque como todo cambia, puede ser que nos encontremos con que alguna estrategia ya ha quedado obsoleta y/o que valdría la pena revisar esta y aquella ya que no obtenemos los resultados deseados.

A mi me pasa que a veces me olvido del manual. Me paso como con los manuales de los aparatejos que tengo en casa. No funciona el DVD. Poco dotada para la tecnología como soy, me paso largo tiempo desprogramandolo aún mucho más. Si tengo el día inspirado voy finalmente a buscar el manual. Y ¡oh milagro!, siguiendo paso a paso las instrucciones consigo que se ponga a tono.

En mi manual de estilo para la vida hay una instrucción que da muy buen resultado. Y por suerte no se me olvida. Quizás porque últimamente he tenido que hacer uso frecuente de la misma. Cuando me flaquea el estado de ánimo recurro a la amabilidad. Resulta sorprendente lo reconfortante que puede ser especialmente amable y servicial con una persona que te pregunta por una dirección en la calle. Un intercambio de palabras con un vecino. O, mucho más, lógicamente, ocuparte de una persona en apuros. Y un largo etcétera.

Egoismo inteligente es el nombre que le dan los budistas a esta actitud. 

¿Cuales son los mecanismos psicológicos que actúan aquí? Pues sin entrar en profundidad, se me ocurren, el de la distracción (pones el foco de la atención en el otro y dejas de pensar en ti), relativizas (tus problemas adquieren la dimensión adecuada), sientes que no estas solo/a (has establecido contacto con otro/a/s), te sientes útil, ... Es como si naciera consuelo de tu propia actitud amable. La satisafacción, gratitud, ... que pueda experimentar el otro se te contagia. Porque eso si:

¡¡¡¡Ojo con la amabilidad, es contagiosa!!!!

 

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