1/4/09

Actos amables (1)

En mi barrio una chica joven, guapa y simpática reparte el correo de Unipost.  Va a mil por hora. Estoy segura de que cumple con su trabajo. El ritmo tan rápido le permite saludar e intercambiar unas palabritas con este y aquella, en especial gente mayor del barrio y de las tiendas que ve diariamente.

Un día estaba yo en la panadería y entró ella. Con mucha prisa, pero no a dejar unas cartas sino a comprar pan. Era para un perro que esperaba fuera con paciencia y un gesto de esperanza en la mirada. Explicó que el animal andaba perdido y la llevaba siguiendo toda la mañana. Ya había pasado por el veterinario para identificar al dueño. Dado que había un problema con el chip (luego resultó que el perro era italiano)  dejó sus datos por si alguien reclamaba al perro.

La panadera no le cobró el pan (la amabilidad se contagia) y mientras yo hacía mi ruta me iba cruzando con ella,  su carrito naranja de Unipost y el perro. Al parecer nadie conocía al animal pero consiguió suscitar el interés de mucha gente del barrio, a parte de otros donativos en forma de manzana de la frutería, ... (ES contagiosa la amabilidad). 

Hoy me he enterado de que el perro, que con buen olfato había decidido seguir a la persona acertada, vuelve a estar con sus amos, italianos. Pasó unos días en  casa de su protectora y al no aparecer nadie que le reclamara y debido a incompatibilidades con su propia perra le buscó un hogar de acogida. El veterinario a su vez motivado por el caso, consiguió hacerse con los datos del propietario y ponerlo en contacto con la "cartera". Y el perro vuelve a estar con sus amos.

Esta es una historia que no saldría nunca en los periódicos. Es demasiado bonita. Y demuestra la reacción en cadena que puede generar un sólo acto amable inicial. Y lo listos que son algunos perros. ¿Que olor debe de tener la amabilidad? 

Pongo la foto de Canela,  también es agradecida, confiada y optimista. Vive conmigo gracias a que hace cinco años una amiga mía se emperró en acompañarme a  una Protectora para que adoptara un perro. Pero esta es otra historia amable, quizás la explique otro día.  

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