19/5/09

Leyendo Benedetti




COMO ÁRBOLES

Quién hubiera dicho 
que estos poemas de otros 
iban a ser 
míos

después de todo hay hombres que no fui 
y sin embargo quise ser 
si no por una vida    al menos por un rato 
o por un parpadeo

en cambio hay hombres que fui 
y ya no soy ni puedo ser 
y esto no siempre es un avance 
a veces es una tristeza


hay deseos profundos y nonatos 
que prolongué como coordenadas 
hay fantasías que me prometi 
y desgraciadamente no he cumplido 
y otras que me cumplí sin prometérmelas

hay rostros de verdad 
que alumbraron mis fábulas 
rostros que no vi más pero siguieron 
vigilándome desde 
la letra en que los puse

hay fantasmas de carne    otros de hueso 
también hay los de lumbre y corazón 
o sea cuerpos en pena    almas en júbilo 
que vi o toqué o simplemente puse 
a secar 
            a vivir 
                        a gozar 
                        a morirse 
pero además está lo qe advertí de lejos

yo también escuché una paloma 
que era de otros diluvios 
yo tambén destrocé un paraíso 
que era de otras infancias 
yo también gemí un sueño 
que era de otros amores

asi pues 
desde este misterioso confín de la existencia 
los otros me ampararon como árboles 
con nidos o sin nidos 
                                poco importa 
 no me dieron envidia sino frutos

esos otros están 
                        aqui

sus poemas 
son mentiras de a puño 
son verdades piadosas

están aqui 
                rodeándome 
                juzgandome 
con las pobres palabras que les di

hombres que miran tierra y cielo 
a través de la niebla 
o sin sus anteojos 
también a mí me miran 
con la pobre mirada que les di

son otros que están fuera de mi reino 
claro 
        pero además 
                            estoy en ellos

a veces tienen lo que nunca tuve 
a veces aman lo que quise amar 
a veces odian lo que estoy odiando

de pronto me parecen lejanos 
                                            tan remotos 
que me dan vértigo y melancolía 
y los veo minados por un duelo sin llanto 
y otras veces        en cambio 
los presiento tan cerca 
que miro por sus ojos 
y toco por sus manos 
y cuando odian me alegro de su rencor 
y cuando aman me arrimo a su alegría

quién hubiera dicho 
que estos poemas míos 
iban a ser 
                de otros. 

3 comentarios:

Rosa Campmany dijo...

¿Per qué només moren els bons?...

Joan-Ignasi Elias dijo...

A banda dels simbolismes: arrelats però mirant al cel, com la humanitat, és increïble la percepció que tenim de l'arbre com a ésser amic i company del nostre camí. Tant, que fins i tot el podem identificar amb altres persones, com les que emparen Benedetti, i li donen fruits i li serveixen per adonar-se dels llaços que l'uneixen amb els altres a través de la seva paraula poètica. La paraula i l'arbre units per a l'home de manera generosa, amable. Tan de bo siguem capaços de sentir-los i escoltar-los.

Rita K.-Argilaga Adam dijo...

¡Tan de bo! Si el árbol, los árboles, su mera proximidad son muy especiales, su mera proximidad nos hace sentir mas "humanos". Ojalá, tambien aprendiesemos de su generosidad y supieramos respetarlos y cuidarlos como hacen ellos.

¡Preciosa lectura del poema de Benedetti! ¡Gràcies!