29/9/09

Facilidad y felicidad.


Hablando, hablando, un amigo juntó ambos conceptos, facilidad y felicidad, en una frase. Le robo la yuxtaposición de las palabras.

La felicidad está de moda.

En la actualidad hablamos en superlativos. La felicidad acostumbraba a ser un estado momentáneo. Ahora, cuando decimos felicidad, me parece que nos referimos a lo que antes llamábamos satisfacción. Aunque ciertamente, una vida llena de momentos de felicidad equivale a una vida feliz siempre y cuando no se alternen con momentos de gran infelicidad. Nos quedamos pues con el término de felicidad para indicar un estado de bien-estar más o menos sostenido.

Facilidad y felicidad. La felicidad ocurre a veces, de repente. Mantenerla no es fácil. Se tiende a pensar que aquellos que tienen una vida mas fácil son mas felices. Fácil en el sentido de tener facilidades como dinero, salud, un buen trabajo, compañer@, ..., buen@s hij@s, padres, ... Lo que observamos parece contradecirlo.

Personas con muy poca facilidad en sus vidas y niveles de felicidad más que deseables. Pérdidas, a veces irrecuperables, de facilidades elevan el nivel de felicidad en aquellos que han aprendido a valorar lo que tienen. Con la edad reflexionas acerca de la importancia no tanto de tener facilidades sino de unas pocas cosas elementales y sientes mayor felicidad.

No voy a negar que las facilidades facilitan la felicidad. Hasta cierto punto.

Algunas personas parecen tener una predisposición para ella (sería pues una facilidad innata).

Otras tiene capacidad para el aprendizaje. Eso me parece útil e interesante.

Queda claro lo que ya sabíamos, que no es nada fácil el tema de la felicidad. Los estudiosos del tema dicen que depende en gran medida de la actitud con la que uno afronta las facilidades y difacilidades (dificultades) de la vida. Estoy de acuerdo.

Con que depende en mayor medida de uno mism@ que de las facilidades. Añado que debemos ser menos exigentes. Los occidentales de nuestro tiempo lo somos demasiado, en todos los aspectos. Si nos conformamos con tener unos momentos de felicidad de tanto en tanto seremos más felices y la vida nos resultará más fácil.

1 comentario:

Joan-Ignasi Elias dijo...

És veritat, ara parlem amb superlatius: tot és genial, brutal, perfecte... quan abans només estava bé, hi estàvem d’acord o era prou bo. Segurament, això està en la mateixa línia de confondre el benestar amb la felicitat. Aquesta és una idea, un concepte filosòfic que ha esdevingut realitat o, millor dit, un desig de realitat en les nostres vides; en tot cas, no deixa de ser una realitat virtual. També és característica en aquests moments l’habitual confusió virtualitat-realitat.

D’altra banda, les facilitats ajuden molt al sentiment de benestar, la qual cosa duu encara més al malentès respecte a la felicitat. Estic d’acord que l’actitud d’algunes persones ajuda a adaptar-se millor a les dificultats, als desencontres, a la contrarietat; també és veritat, però, que cada cop som més exigents i volem un estat permanent de benestar (maldit felicitat). La societat occidental és molt poc conformista; també és veritat que som la primera generació (i ara segona, amb la dels nostres fills) que no ha patit l’horror de la guerra directament, entre d’altres desgràcies col•lectives. Potser això explica, en certa manera, que volguem una felicitat permanent, ni que sigui virtual. És un desig comprensible, però perillós i fustrador en el fons.
Joan