31/7/09

Palabras amables frente a la maldad.


De nuevo, el horror, el terror(ismo) nos supera. Incomprensible el deseo de destruir, la convicción de que la violencia es legítima para conseguir objetivos (a veces, "simplemente" el propio placer).

Sucede todo el rato. Más lejos o más cerca de nosotros. Hoy, ayer, es y fue ETA. Pero la violencia, el terror(ismo), la maldad abundan en este mundo. Y adopta formas muy variadas. Nos sentimos impotentes, ante la maldad y ni siquiera sabemos que es.

En palabras de Hannah Arendt y traducción libre (del alemán):

"La auténtica maldad es aquello que causa un mudo horror, si acaso solo podríamos decir:
- Esto no debería haber sucedido nunca."

Es la más amable de las frases que se pueden decir acerca de la maldad. Lleva implícita la voluntad de borrar lo sucedido y por supuesto, de que vuelva a ocurrir. Y la fe en el ser humano como ser bondadoso. Para la bondad tenemos palabras, la maldad es lo inefable.


"Esto no debería de haber sucedido nunca."


Ha sucedido. Una vez más.

Y, de nuevo, estamos incrédulos ante la evidencia de lo que no es ni comprensible ni creíble ni aprehensible. Hagamos pues para que no suceda nunca más jamás.

¡Que no vuelve a suceder nunca más, jamás!



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